domingo, 15 de febrero de 2015

¿Hasta qué punto sabemos si nuestras emociones son justas?

El hecho de que la justicia esté vinculada a los valores, convierte en subjetiva la noción de lo que es justo o injusto, por tanto cada uno de nosotros percibe a la justicia de distinta forma para cada caso. Y en este punto me pregunto ¿porqué entonces estamos estudiando un concepto tan subjetivo? bueno, la respuesta es porque lo que se busca son parámetros bajo los que podemos entender qué es la justicia. Parámetros que, considero, también son subjetivos y por tanto cuestionables, porque no sabemos si esos parámetros de los que partimos, son realmente verdaderos.

Algunos dicen que la justicia es la "perfección" y cuando dicen eso la imagino como la divinidad de una religión, la "perfección inalcanzable" y nosotros, los operadores, somos como los discípulos de esa religión llamada: Justicia, vamos rezando el "Derecho" esperando cada día parecernos más a la justicia, alcanzarla o siquiera acercarnos a su"semejanza", pero la justicia es tan perfecta que no puede alcanzarse nunca. ¿será eso la justicia? ¿la perfección inalcanzable? ¿la divinidad del Derecho? yo pienso que no. Creo que la justicia no es la perfección, de hecho pienso que es todo lo contrario, la justicia es lo que es, sin caer en un racionalismo desmedido, creo que la justicia no es buena, no es mala, solo es justa.

Por otra parte, la justicia, vista desde la ética envuelve a los valores y a las emociones, pero ¿Es posible que la justicia se sienta? ¿es posible que a través de nuestras emociones sepamos cuando nos encontramos frente a la justicia? Yo pienso que las emociones nos van enseñando las consecuencias de sucesos, las emociones son tal vez solo la consecuencia de la justicia. Pero no pueden decirnos qué es justo y qué no es justo. En cuanto a los valores, creo que son como ingredientes de cocina y el pastel final es la "justicia", nosotros, subjetivamente vamos poniendo los valores que creemos que conforman a la justicia y al final, después de tener el pastel, el resultado crea una emoción en nosotros, una emoción de satisfacción o no. Pero la justicia es mucho más que un pastel, de hecho la justicia no creo que sea un pastel, la justicia es lo que se encuentra entre la existencia del pastel y los ingredientes, y entre el pastel y su apreciación final. Creo que la justicia es una forma de medir la satisfacción con los hechos que están, que son, pero la justicia de ninguna manera puede ser buena o mala, solo es.

Entonces, ¿Podemos ser justos con nosotros mismos? si, si podemos ser justos con nosotros pero no lo apreciamos porque influyen nuestros emociones. Es decir, si cuando nos juzgamos, el grado de satisfacción que tenemos con nosotros mismos es mucho, diremos que somos injustos al calificarnos, pero si es poca la satisfacción diremos que somos demasiado justos, ¿Qué nos dice esto? que la justicia no se aprecia como positiva ni cuando tenemos una buena apreciación porque están involucradas las emociones. Por tanto, la justicia debe ser el resultado, sin calificaciones, el resultado es la justicia, sea buena o mala, satisfactoria o no, eso es la justicia, eso que calificamos de malo, de feo, de injusto, es la justicia. Pero esta apreciación de la justicia, es solo pensando que la justicia no es lo que "debe ser" sino "lo que es".

En el cuadro CQA comencé diciendo que la justicia es lo recto, es la cualidad de actuar de acuerdo con la forma o modo de pensar o de estar regulados, y sigo pensando así, solo que creo que la justicia tiene dos apariciones, la primera cuando vamos a actuar de una manera y la segunda que es la consecuencia de nuestros actos.

Lo cierto tal vez es que nuestras emociones son difíciles de controlar y por tanto siempre inciden en nuestros actos aún y aún cuando pesamos que no las estamos considerando.





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