domingo, 8 de febrero de 2015

La noción de "justicia"

Hablar de la justicia nos exige definirla, y en la búsqueda de esa definición encontramos que la justicia ha sido conceptualizada por múltuples autores y culturas.

Una de las definiciones más conocidas de la justicia para el Derecho, es la del jurista Ulpiano plasmada en el Corpus juris y que señala que la "justitia est perpetua e constans voluntas jus suum cuique tribuendi". Esta definición coloca como principio de la justicia, el dar a cada cual lo suyo, el "suum cuique" (El "lugar" de la justicia). La definición de Ulpiano sucedió en el periodo del gobierno del emperador romano de oriente, Justiniano, entre el 527 y 556 de nuestra era, y para los romanos esa definición tuvo una aplicación práctica que les permitió resolver cada caso en concreto y asegurar de esta forma un orden social (La primera vida del derecho romano).

Los griegos, por otra parte, son también una una referencia obligada en los temas de la justicia y su definición varía dependiendo del filósofo al cual nos refiramos. Por ejemplo, Pitágoras entendió a la justicia desde un enfoque matemático, estimaba que el mundo es un "orden armonioso" fundado en números y por tanto son los números los que le dan existencia a las cosas: "el número es la esencia de todas las cosas" era la frase de su pensamiento, que pronto se trasladó al terreno social y que definió a la justicia como la igualdad de lo igual, o el número cuadrado porque representa igualmente a lo igual. Podemos decir que Pitágoras habló de la justicia distributiva. (El Derecho como orden cósmico). Plantón coloca a la justicia como un "suum agere" y no como un "suum cuique", es decir como un valor universal en el que las personas deben obrar de acuerdo con su naturaleza y su destino. Aristóteles pensaba que la justicia era la virtud suprema y que a las virtudes se les encontraba en un estado medio entre dos opuestos, que representan al exceso y al defecto, también distinguió a la justicia en geométrica y aritmética, la primera como repartición proporcional a las cargas y la segunda que pone en igualdad de condiciones a las partes que conforman una relación.

La filosofía náhuatl (aztecas, tezcocanos, cholultecas, tlaxcaltecas...) abordó el tema de la justicia desde un enfoque existencialista. Los filósofos nahuas de esa época (s.XVI) se preguntaban ¿qué era lo que tu cara y corazón (tu persona, tu propio ser) hallaban de verdaderamente valioso? y en el transcurso de la vida del hombre se dieron cuenta que debían ayudar a los hombres a tomar una cara en su vida, a "hacer sabios a los rostros ajenos y humanizar el querer de la gente". El hombre nace "sin rostro" y es en la tierra en donde le ayudan a formarse un rostro, pero en el transcurso de la vida, el hombre parece ir sin rumbo y en ese sin rumbo va perdiendo un poco de su corazón (su ser), porque "¿sobre la tierra se puede ir acaso en pos de algo?", estas preguntas que se hicieron los filósofos nahuas dieron pie a toda una reflexión sobre si los hombres realmente son verdaderos o son ensueños. De esta forma, consideraron que era conveniente que los mortales que vinieran al mundo supieran "como han de vivir" para que así se libraran de la peor de las desgracias que puede pasarle al hombre: perder el propio corazón (el propio ser de la persona). Por esta razón, para los nahuas era muy importante la educación de la moral que se inculcaba en las escuelas Calmécac y Telpochcalli, en las que se enseñaban los usos y costumbres del pueblo, una de ellas referida a la justicia como la cualidad de que un comportamiento no sea torcido o desviado sino precisamente recto, de acuerdo con su propia regla o modo de existir y en la que el resultado de la acción sea el enriquecimiento  del hombre para "tomar cara y corazón".

La filosofía budista, del oriente postula que todo lo que existe es justo o no lo es. Por lo tanto, todo lo que te sucede en la vida es justo porque es consecuencia de tus actos, se trata de una interpretación que puede relacionarse mucho con el orden universal de las cosas y entonces habría que preguntarnos si la justicia solo se da en el ámbito de lo humano, o puede darse también en el ámbito de la naturaleza. 

Hasta el momento no hay una teoría que nos haga entender la justicia en términos absolutos y pareciera que el término de justicia se aleja cada vez más de un concepto preciso para convertirse en una imagen divina. La justicia es una noción o creación del ser humano que genera una sensación de vacío al buscar su cumplimiento. ¿No será la justicia la perfección a la que nunca se llega?  

¿Qué pasaría si desapareciera de nuestra cabeza la idea de justicia? ¿Cómo viviríamos si no hiciéramos juicios de valor? Yo creo que sería como vivir sin sentido para el Derecho, como estar huérfanos, tendríamos que encontrarle un sentido al Derecho, una cara y un rostro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario